LABORATORIO STEAM: ACEÑAS Y MOLINOS DE VIENTO
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Imagen de Autoría Propia MOLINOS DE VIENTO: ASÍ NACIERON Y ASÍ SOBREVIVEN LOS GIGANTES DEL QUIJOTE |
“Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino”. Sancho Panza no lo pudo explicar mejor a don Alonso Quijano, cuando este último, en la piel enajenada del caballero Don Quijote arremetía lanza en ristre contra ellos. Así inmortalizó Miguel de Cervantes a estos ingenios mecánicos del viento poco después de su aparición en la comarca de la Mancha, datada en el siglo XVI. Cinco siglos lleva el molino manchego erigiéndose en los cerros y montes de esta tierra, y de manera más dispersa, por otras zonas de la geografía española. Llegó a haber hasta 500 en funcionamiento, y aunque hoy ya no quedan muchos, su porte sigue siendo iconografía del ingenio y motivo de atracción turística.
CÓMO FUNCIONA UN MOLINO DE VIENTO:
Aunque el mecanismo del movimiento de aspas para la mecanización data de mucho antes en la historia, el molino manchego como tal es de muchas características. Su engranaje es completamente de madera, su tamaño no es muy grande, se localiza en sitios estratégicos para la dirección de los vientos, su funcionamiento es manual y se utiliza para moler grano.
La maquinaria del molino, una vez activada, es capaz de moler una cantidad de grano bastante considerable. Supuso una “revolución industrial” en la Mancha en el siglo XVI, porque hasta entonces la forma de molturar era muy escasa y manual. La zona se convirtió así en el granero del Reino para alimentar a las tropas de Felipe II y posteriormente de Carlos V. “Eso supuso un auge económico y situó a la comarca en el centro del comercio a nivel internacional, cuando los españoles estaban batallando por medio mundo”.
Al margen de la ficción, fueron construcciones eficaces y muy útiles hasta que apareció la electricidad. A finales del siglo XIX caen en declive bruscamente. “En esos momentos la mano de obra ya era cara y el mantenimiento de un molino con el acarreo y la dependencia del viento eran factores que, en el momento en el que aparece la electricidad, los hace desaparecer en muy pocas décadas”. Una revolución industrial acabó con otra revolución industrial.
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